¿No vas a utilizar tu barco este invierno? ¡No lo descuides!

Aunque sigue siendo una estación fabulosa para salir a navegar, muchas embarcaciones se quedan paradas durante los meses más fríos, por lo que es un momento excelente para realizarles a un buen mantenimiento.

Seguro que al final del invierno, cuando empiece el buen tiempo, quieres que tu barco esté más que listo para surcar las aguas de nuevo, por eso tenemos que aprovechar los momentos de calma para ponerla a punto y no dejar que el parón cause estragos.

Este proceso se conoce como “invernación”; en Sailway somos partícipes de llevarlo a cabo y seguir todas las pautas para que la embarcación no solo no sufra, sino que acabe el invierno mejor que como lo empezó.

Además de realizar labores de mantenimiento durante estos meses, podemos aprovechar, ahora que tenemos más tiempo, para arreglar esos pequeños desperfectos que han aparecido durante la época estival.

Está claro que cuando mejor nos lo pasamos es a bordo, poniendo en práctica maniobras y navegando, pero como buenos marineros también tenemos que aprender a cuidar de nuestra embarcación.

Coge papel y lápiz y apunta nuestros mejores consejos.

¿Dónde dejo la embarcación?

Una de las primeras preguntas que nos hacemos es si es mejor dejar la embarcación en el mar o en tierra firme. La primera respuesta que te viene a la cabeza quizá es que en tierra, pero no siempre es así.

Como buenos gallegos, debemos contestar que “depende”. Depende del tipo de embarcación principalmente, ya que si es de madera es mejor que permanezca siempre en contacto con el mar. También es fundamental tener en cuenta el clima del lugar, ya que si va a estar expuesta a tormentas con bastante frecuencia, es mejor resguardarla.

En caso de que decidas dejarla en el mar, coloca amarras extra por si una se rompe. No tiene por qué ocurrir pero si ocurre, agradecerás haberlo hecho.

Si por el contrario vas a sacarla del agua, el varadero debe ser firme y sostenerla adecuadamente, además de ser una estructura segura.

Si tienes un velero, te aconsejamos quitar los mástiles y el material textil, para que si llega un temporal no vuelque tan fácilmente.

Por supuesto, coloca también una lona siempre por encima, así evitarás muchos daños (de la lluvia, el frío o el sol) y aumentarás la vida útil de tu embarcación.

Revisa toda la embarcación si no vas a usarla durante este invierno

¿Qué tenemos que revisar? Todo, pero como sabemos que es demasiado general, vayamos por partes.

  • Primero, asegúrate de que has vaciado los depósitos de combustible y de cualquier otro líquido.
  • Dedica tiempo para revisar el motor, asegúrate de que has puesto anticongelante en el sistema de refrigeración interno y que lo has limpiado de restos de sal. Ahora que tienes tiempo, puede ser un buen momento para cambiar el aceite y los filtros aparte de comprobar si el buje se ha desgastado. Si tienes dudas, siempre puedes consultar las recomendaciones del fabricante.
  • No olvides la hélice y sus palas; si observas que están desgastadas, ¡hora de cambiarlas!
  • ¿Cómo está el casco? Si hay arañazos, grietas o algún golpe, pon solución y verifica cuál es la profundidad del daño, así podrás ver si es suficiente con un poco de gelcoat o necesita reparación.
  • Revisa todos los sistemas y el equipamiento de seguridad para asegurar su buen estado y también su cumplimiento de la normativa. No querrás que con la primavera llegue una inspección y te encuentres con que los chalecos no cumplen con el reglamento o que no llevas las luces suficientes. Aprovecha estos meses para sustituir lo que esté caducado o estropeado y añadir cualquier sistema nuevo.
  • Si las velas tienen algún desperfecto o desgarro, especialmente en las zonas de tensión, ponte manos a la obra, márcalas y llévalas al velero para que las arregle.
  • Comprueba todos los objetos que hay en el barco, tanto dentro como en cubierta, y recoge todo lo que pueda dañarse, no sea necesario o deba desecharse.
  • Haz un chequeo de la batería y planifica bien cuando vas a ir a cargarla (una vez al mes es lo aconsejable, a no ser que tengas un sistema que la mantenga siempre cargada). En cuanto al resto de aparatos eléctricos, como bombillas, verifica si funcionan o no y desconéctalos antes de desembarcar.

Una limpieza a fondo

La sal, las algas, la suciedad… Navegar ensucia nuestra embarcación, aunque nosotros la veamos siempre con buenos ojos o incluso la limpiemos de vez en cuando.

Ahora que tenemos tiempo y que no vamos con prisas, ¿por qué no dedicar una jornada a dejar la embarcación impoluta? Para ello, como mínimo tienes que enjuagar todas las superficies, y también los cabos, con agua dulce. ¡Quedará como nuevo!

Seguro que te estás preguntando si es necesario acudir de vez en cuando a limpiar la embarcación aunque no la vayas a usar en invierno. Al final, tu barco es como un tesoro y lo echarás de menos, lo que te hará visitarlo de vez en cuando. Esos días, echa un vistazo y si lo necesita, límpiala un poco.

Pero si te preocupa algo concreto, como la aparición de moho, te recomendamos un deshumidificador de uso náutico. No obstante, asegurándote de que hay un mínimo de ventilación para impedir la aparición de moho, es suficiente (quizá dejando alguna ventana abierta o colocando los colchones de pie en lugar de dejarlos tumbados).

Otra gran idea es hacerte con un producto anti moho y rociar todas las superficies de madera.

Además, en esta época, también tendrás que tener un especial cuidado con la formación del verdín, muy frecuente debido a la humedad de estos meses del año. No debes pasar por alto sus primeras apariciones, ya que si lo dejas crecer, dará muchísimo trabajo sacarlo.

Si no quieres utilizar productos químicos para su limpieza, te recomendamos que pruebes a frotar con agua y vinagre, y después, limpies con jabón de baldeo y agua dulce para que no deje manchas. ¡Ojo! El agua y el vinagre no se pueden dejar durante mucho tiempo ya que pueden estropear la cubierta.

¿Tu embarcación necesita cuidados profesionales?

Cuando te pongas a revisar el estado de tu embarcación quizá te des cuenta de que necesita algo más que un mantenimiento.

En caso de que haya desperfectos que arreglar y necesites ayuda de un mecánico, un carpintero o cualquier otro profesional, estás de suerte, porque en esta época tienen mucha menos demanda y seguro que pueden poner a punto tu embarcación a un precio más bajo del que tienen en temporada alta.

Cuando lleguen la primavera y el verano tu barco estará como nuevo, listo para surcar contigo muchas más aventuras, ¡ya verás!

Aprovecha el verano para revisarte tú también

Ahora que tienes tiempo y has dejado tu embarcación invernando, esperando a que llegue la primavera para que vuelvas a tomar el timón, ¿por qué no seguir formándote como patrón?

Aunque no estés a bordo, sigues siendo el patrón de tu barco, y como tal debes revisar las cartas náuticas, planificar nuevas travesías, hacer algún curso formativo para actualizar o aumentar tus conocimientos…

Puede que dejes tu embarcación amarrada durante unos meses, pero no tu pasión por navegar, así que mantenla viva y no la descuides.

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